La Terapia
Cognitivo-Conductual, es una de
las Escuelas de Psicoterapia con más antigüedad y tradición.
Sus bases teóricas se empezaron a asentar a principios del siglo XIX, y fue a mediados del
siglo XX cuando comenzó su aplicación clínica,
en consulta y centros hospitalarios, para ayudar a la gente a resolver sus problemas
emocionales, a través de la Terapia.
La Terapia Cognitivo-Conductual se basa en el Modelo de Aprendizaje. Sin desdeñar que, probablemente hay elementos heredados, la mayor parte de cómo llegamos a ser, tiene más que ver con nuestras experiencias, nuestros aprendizajes. Nuestros padres influyen, pero también dónde estudiamos, nuestros amigos, los libros que leemos, las películas que vemos, y cada experiencia que tengamos. Nunca dejamos de aprender y evolucionar. Esta es la grandeza del ser humano, su flexibilidad y capacidad de aprendizaje sin límites.
Con toda esta complejidad y potencialidad de aprendizaje, es imposible que, en ciertas ocasiones, y en circunstancias concretas no aprendamos formas de pensar, sentir y actuar, que nos hagan daño y obstaculicen nuestra calidad de vida, y el sentimiento de felicidad. Esto es lo que llamamos sufrir un Problema Emocional o Psicológico.
Un elemento clave para entender la Terapia Cognitivo-Conductual, es sin duda alguna, el énfasis en el Método Científico. Todas las estrategias y técnicas que se usan durante la Terapia, están basadas en la evidencia. Hay estudios científicos que ratifican su eficacia, que realmente sirven para superar los Problemas Psicológicos en las que se usan.
Además de la ya descrita terapia individual, también trabajamos con grupos pequeños, cuyo objetivo es
enseñar a los participantes técnicas efectivas para prevenir la aparición de problemas emocionales
o de relación.
La metodología es dinámica y participativa. El terapeuta enseña las estrategias en las sesiones en
grupo, allí se practican, se entrenan un poco más en casa y se empiezan a aplicar en el terreno personal.
Los Trastornos de Personalidad se pueden definir como una forma de estar y ser diferente a la habitual.
Son personas que (a menudo, para adaptarse a una infancia infeliz), han tenido que desarrollar unas estrategias
psicológicas que, paradójicamente, en la adultez, les crean mucha infelicidad y desadaptación. Tienen una imagen
de si mismos, de los demás y de como funciona el mundo, distinta y alterada. Tienen creencias disfuncionales, no
manejan sus emociones y eso les hace no tener tampoco mucho control sobre sus comportamientos.
Esto se puede cambiar. En estos grupos te enseñamos a hacerlo. Tratamos Trastornos Límite de la Personalidad,
Narcisista, Dependiente y Obsesivo.